Sanmao

Trabajando en el homenaje a la escritora china Sanmao

Nuestra empresa anda inmersa en el desarrollo de diferentes elementos (piedras artificiales) para decorar el que se llamará Jardín Sanmao. Un espacio situado dentro del Parque Urbano de San Juan, en Telde, y que servirá de homenaje de esta ciudad y de toda la isla de Gran Canaria a la escritora china Sanmao.

Sanmao fue el seudónimo, tomado del personaje de cómic homónimo, utilizado por la escritora taiwanesa Chen Ping, conocida fuera de China como Echo Chen, una de las escritoras chinas más célebres del siglo XX. 

Nació el 26 de marzo de 1943 en la China continental, y pocos años después se trasladó junto a su familia a Taiwán. Procedía de una familia acomodada y pudo estudiar sin dificultad. Estudió Filosofía y vivió durante largas temporadas en Europa y Estados Unidos. Llega a España en el año 1967, y ya por estas fechas empieza a escribir sus relatos cortos en algunas revistas y periódicos taiwaneses. Era una mujer liberal, auténtica, que viajaba buscado el secreto de la vida y quería contar sus aventuras. En el invierno de 1973 comienza una relación con José María Quero, un joven de Jaén, que los llevaría primero al Sáhara y después a Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Después de una larga estancia en el Sáhara en otoño de 1975 se trasladan a Gran Canaria, concretamente a Playa del Hombre en Telde, donde compran una casa en la calle Lope de Vega. En Canarias Sanmao pasó muchos de los momentos más felices de su vida junto a su marido José María Quero, quien falleció en 1979 cuando buceaba en La Palma. Esa tragedia marcó profundamente a la escritora, quien tiempo después ponía fin a su estancia en el Archipiélago para regresar a Taiwán, donde murió en 1991 con solo 48 años.

Escribió una veintena de obras con las que alcanzó una enorme popularidad en su país, en las que contaba al mundo las cosas que sucedían en Canarias, dónde se encontraban las ‘islas afortunadas’ y les habló de la vida de los isleños. Sus libros ‘Diarios del Sahara’ y ‘Diarios de las Canarias’ son tremendamente populares entre el público chino y asiático en general, con más de diez millones de ejemplares vendidos. 

Esto ha hecho que cada año, miles de turistas chinos llegan a Gran Canaria atraídos por los lugares que describe Sanmao en su obra, por lo que el Cabildo de Gran Canaria, el Ayuntamiento de Telde y el Instituto Confucio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han diseñado la «Ruta Sanmao-Echo Chen«, una iniciativa que en 2016 abanderó el Consistorio a iniciativa de la poetisa local Mari Carmen Ramos.

Esta ruta ofrece un interesante itinerario cultural a los cientos de ciudadanos chinos que visitan cada año la Isla para conocer los lugares que sirvieron de inspiración a Echo Chen. Pero la idea es que los encantos gastronómicos, naturales y culturales del municipio complementen el recorrido, que no tiene por qué estar solo dirigido a turistas extranjeros. 

La ruta de Sanmao transcurre entre Playa del Hombre y los barrios de San Juan y San Francisco. En Playa del Hombre está la casa donde la escritora vivió durante su larga estancia en Telde, un parque infantil con su nombre y el restaurante Perico Junior, que tiene en su carta un plato dedicado a ella. Por su parte, en el parque urbano de San Juan hay plantado un olivo en su recuerdo: no en vano el poema más famoso de Sanmao se titula ‘El olivo de mis sueños’ y lo escribió pensando en Gran Canaria. La basílica menor de San Juan Bautista, y la Casa Museo León y Castillo son otros de los lugares de la ruta.

En diciembre de 2017 el Ayuntamiento de Telde y El Cabildo de Gran Canaria formalizaron un acuerdo para la rehabilitación de algunos lugares de esta ruta. El plan de rehabilitación está compuesto por tres acciones principales en las que destaca la tematización de un parque en Playa del Hombre, que se denominará «Rincón Sanmao», la creación del «Jardín Sanmao» en una zona del Parque Urbano de San Juan inspirado en su poema «El olivo de mis sueños» y donde Bulcan Arte ejecutará la representación de diferentes rocas y la colocación de una placa en la vivienda en que la que vivió durante once años.